Historia del casco
los orígenes
La muerte del “Pater Patrie” y el nacimiento de un nuevo ciclo,
la Villa Assunta.
foto de la Chata La Mosca Muerta propiedad de la familia Sotham - Miramar (fines ilustrativos)
Hacia fines del siglo XIX, en la “Sin Paura” (localidad de J.A. de la Peña – Pergamino), muere el 10 de octubre de 1894 Lorenzo Parodi, inmigrante genovés y abuelo del Ing. Agrónomo, que en 1845 con 9 años, había llegado a la Argentina.
Con su deceso, sus cinco hijos se distribuyen las hectáreas heredadas y el padre del Ing. Agrónomo, se traslada con su esposa Assunta Giomi a medio kilómetro del viejo casco familiar. Donde comienza a edificar su propio hogar, que bautiza “Villa Assunta” en honor a su esposa.
Lo primero en trasladar fué el techo de un rancho que estaba en la “Sin Paura” sobre un carretón tirado por bueyes. Y luego bajo ese techo levantan nuevamente un rancho con el fin de que sea la primer morada mientras se instalan molinos y se edifican galpones, corrales y la nueva casa.
El techo de ese mismo rancho ya había visto nacer, años atrás, al Ingeniero.
La Producción Agrícola - Ganadera
La producción se destina principalmente a la Agricultura. Se siembra trigo, maíz, alfalfa, girasol buscando alternar las siembras con períodos de pastoreo de animales.
Se destinan 6 hectáreas a la producción frutícola. Superficie más que generosa que permite generar una producción de relevancia que abastece a Pergamino y los pueblos linderos.
Para combatir plagas de langostas los hermanos Parodi desarrollan un mecanismo de barrido de cada lote y quema de estos insectos sobre los alambrados, para lo que utilizaban “lanzallamas” caseros. De igual forma se empiezan a aplicar mecanismos de control de plagas llamativos que involucra colocar en la base de las plantas frutales grandes palanganas con aceite quemado (descarte de los motores) sobre las cuales se colocaba una lámpara conectada a un generador eléctrico. Al caer la noche el generados se arrancaba durante 30 minutos iluminando mas de 100 lámparas. Estas rápidamente atraían a los insectos voladores los cuales caían dentro de las palanganas una vez que se apagaban las luces. Este espectáculo visto de noche y a la distancia, daba la sensación de ver aparecer y desaparecer un pequeño pueblo.
Arando a caballo
Uno de los Hermanos de Lorenzo Victorino Alberto Parodi firmaba sus obras con el sello de VIALPA
Artesanos de Herramientas
La Familia Parodi, al igual que muchos otros chacareros de principios del siglo XX no tenía muchas opciones a la hora de poder comprar herramientas y maquinarias. Alejados de los centros comerciales, con carreteras precarias y muchas veces sin los recursos económicos necesarios para adquirirlas, debían improvisar y realiazar sus propias herramientas de trabajo.
Los hermanos Parodi desarrollaron estas habilidades y lograron construir desde simples regaderas, rastrillos, guadañas a herramientas mas complejas como Lanzallamas (para quemar la plaga de langostas), pequeñas pistolones-escopetas (realizados con el eje de un Ford T).
También realizaron maquinarias complejas como podadoras a combustión o pequeños tractores de 3 ruedas.
Estas habilidades manuales complementaban las habilidades intelectuales del Ing. Lorenzo.
La Casa
La construcción de la casa no fue una prioridad para la familia Parodi. Las energías estaban puestas en producir. La edificación de la casa empezó hacia finales de la década de 1920 y finalizó en 1933. El estilo era bien rural. Una galería al Norte, 4 habitaciones, un baño, una cocina y otra galería al Sur.
Era uno de los pocos campos, en esa época, que contaban con electricidad generada por un generador propio. Pero la energía era utilizada una pocas horas por día.
Con el tiempo la rusticidad fue dando espacio a adecuaciones y complementos que ya no respondían a cuestiones prácticas sino a aspectos estéticos o recreativos. es así como en 1946 se construyó una pileta.
conatrucción, inaguración y vida cotidiana en la Villa Assunta
conatrucción, inaguración y vida cotidiana en la Villa Assunta
El Abandono.
Con el fallecimiento del padre de Lorenzo Raimundo, los hermanos se dividieron la tierra junto con las actividades económicas que veían emprendiendo. Unos se quedaron con los Cines, otros con la Representación de la FORD y otros con lotes de campos. Pero todos decidieron vivir en Pergamino. Esto provocó que la Casa quede como una vivienda de fin de semana y paulatinamente con el tiempo fue perdiendo funcionalidad hasta caer en el abandono.
Las Reformas.
Pasaron dos décadas hasta que Hilda Parodi, una de las sobrinas del Ing. Lorenzo, comprara el lote de campo que contenía el casco y decidiera mudarse a vivir ahí con su familia.
La residencia que la vio nacer y en la que pasó toda su niñez, volvería a recibirla pero requería de reparaciones y reformas.
La incorporación del tendido eléctrico a la red local, la utilización del gas para baños y cocina, la incorporación de un garage, la adecuación de baños en suit, la ampliación de la cocina, la incorporación de una galería y la construcción de un mirador junto a La Biblioteca fueron adecuaciones que le imprimieron a la casa una faceta más cultural al tiempo que funcional.
A más de 30 años de que los montes frutales dejaran de producir, la vegetación había invadido el monte convirtiéndolo en una verdadera selva que florecía desde los contornos de la casa.
Al mismo tiempo que las mejoras de la casa se iniciaban, Luciano, el marido de Hila, un capitán retirado de la Marina de Guerra, empezó una tarea de parquización que llevó varios años.
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